En un acto celebrado en la Iglesia Colegial de Santa María, la Asociación Casas de Asís ha recibido el Premio Efebo a la Inclusión, una distinción que otorga el Ayuntamiento de Antequera en reconocimiento a entidades que trabajan por una sociedad más justa, humana e inclusiva.
El galardón ha sido entregado en el marco del Día de Andalucía, ante la presencia de autoridades, representantes institucionales, entidades sociales, empresas colaboradoras y ciudadanía en general. Para Casas de Asís, este reconocimiento no es solo un premio: es el reflejo del esfuerzo colectivo de cientos de personas que, desde 2018, han hecho posible más de 316.000 intervenciones sociales en los ámbitos de la garantía alimentaria, la inserción laboral, la mediación social, la escuela de verano y el acompañamiento integral a personas en situación de vulnerabilidad.
Durante el acto, se destacó especialmente el modelo de mercado solidario con elección que permite a las personas usuarias decidir los productos que necesitan, preservando su dignidad. También se valoró el enfoque comunitario de la asociación, su compromiso con la infancia, la formación, la inclusión real y el respeto como base de toda intervención.
En palabras del equipo de Casas de Asís:
“Este Efebo no es solo una estatua, es un símbolo. Una señal de que la solidaridad está viva, de que la inclusión es posible y de que Antequera sigue siendo una ciudad donde nadie queda en la sombra.”
Desde la asociación se hizo un llamamiento a las instituciones, empresas y personas comprometidas a seguir colaborando con esta causa, para que el premio se traduzca en más apoyo, más recursos y más oportunidades para quienes más lo necesitan.
Casas de Asís agradece especialmente al Ayuntamiento de Antequera, la Diputación de Málaga, la Junta de Andalucía, Mercadona, el Banco de Alimentos, Panadería Santiago, los comercios locales, sus socios, voluntarios y donantes, por hacer posible este camino de esperanza compartida.
¿Puede un símbolo contener el latido de una ciudad? Hoy, al sostener este Efebo en nuestras manos, sentimos que sí. No por su valor material, sino porque en él palpita la esperanza, el compromiso y la dignidad de tantas personas que creen que un mundo más justo es posible.
Excelentísimas autoridades, queridos voluntarios, socios, trabajadores, donantes, proveedores, y amigas y amigos de Casas de Asís,
Hoy, en este lugar emblemático de nuestra querida Antequera, recibimos con profunda gratitud el Premio Efebo a la Inclusión. Un reconocimiento que no nos pertenece a título individual, sino colectivo. Es un homenaje al esfuerzo compartido, al amor concreto, al trabajo silencioso que muchas personas han realizado —y siguen realizando— desde que esta aventura solidaria comenzara el 1 de agosto de 2018.
Casas de Asís nació con una convicción firme: que nadie debería quedar atrás. Que la ayuda no puede ser solo asistencial, sino transformadora. Que la inclusión no es solo un derecho, sino también una tarea común. En estos poco más de cinco años, hemos realizado 316.315 servicios, apostando por cinco pilares: garantía alimentaria, escuela de verano, formación e inserción laboral, mediación social e inclusión efectiva.
Cada uno de estos servicios lleva detrás una historia. Una familia que vuelve a sonreír. Una persona que recupera su autoestima. Una niña que en verano aprende, juega y sueña. Un joven que encuentra un empleo. Una madre que siente que no está sola. Eso es inclusión: que todos y todas tengamos un lugar, una oportunidad, una mano tendida.
Nuestra labor no es nueva. Antequera siempre ha sido tierra de acogida y solidaridad. Hay datos de que ya en 1528 se recogían ayudas para quienes más lo necesitaban. Casi quinientos años después, esa semilla sigue viva.
Como decía San Francisco de Asís: "Comienza haciendo lo necesario, luego haz lo posible, y de repente estarás haciendo lo imposible."
Y así ha sido. Empezamos con lo necesario: dar pan con dignidad. Después lo posible: acompañar, formar, mediar. Y hoy, con este Efebo entre las manos, entendemos que hemos tocado lo que parecía imposible: transformar una necesidad en un derecho; una carencia, en comunidad.
✅ Con nuestro proyecto de Economato, las personas eligen que alimentos adquirir. Porque ayudar también es respetar.
✅ En nuestra escuela de verano, la infancia no se detiene. Jugar y aprender es sembrar futuro.
✅ Con la formación e inserción laboral, acompañamos a quienes buscan una salida digna. Porque la autonomía es el primer paso hacia la libertad.
✅ En la mediación social, escuchamos, orientamos y caminamos junto a quienes más lo necesitan.
✅ Y con nuestra apuesta por la inclusión social, reivindicamos que cada persona, sin distinción, tiene un lugar en nuestra comunidad.
Como decía Madre Carmen del Niño Jesús: "Dios lo quiere, Dios lo proveerá. Él sabe más que nosotros."
Nada de esto habría sido posible sin la complicidad de muchas personas y entidades. Gracias, de corazón, a:
Este premio es también vuestro. Vuestra constancia, vuestro aliento, vuestro ejemplo.
Pero no podemos detenernos aquí. El Efebo no puede ser solo un trofeo. Tiene que ser un compromiso compartido. Por eso, hacemos hoy un llamamiento a todas las administraciones, empresas y personas aquí presentes: sigamos uniendo fuerzas. Que este reconocimiento se traduzca en más recursos, más respaldo, más oportunidades.
Porque como decimos en Casas de Asís: "Que nadie quede en la sombra, que nadie sienta el vacío. Que la inclusión sea el puente y la esperanza, el camino."
Hoy recibimos más que un galardón. Recibimos una responsabilidad. La de seguir dando voz, apoyo y futuro. La de seguir siendo hogar, compañía, pan compartido. Que el Efebo sea faro, impulso y aliento para seguir caminando.
Muchas gracias, Antequera. Gracias, de todo corazón.
Andalucía, tierra abierta,
sol de oro, mar bravío,
canta el viento en sus colinas,
sueña el campo en su rocío.
“La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos,”
“el aire la vela, vela…”
y en Antequera, sus manos.
En el alma de esta tierra,
donde el tiempo se hizo historia,
duermen piedras milenarias,
cantan torres su memoria.
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar,”
y aquí el amor deja huella
cuando aprende a dar sin más.
Casas de Asís, refugio,
manos llenas de ternura,
donde el pan se parte en vida
y la ayuda nunca es muda.
Gracias,
a los fieles voluntarios,
a los socios solidarios,
a quienes con su entrega
tejen sueños necesarios.
Gracias a Mercadona,
al comercio antequerano,
a Panadería Santiago,
al Banco de Alimentos de Málaga,
y a la Junta de Andalucía,
que sostienen este esfuerzo.
“Los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos”,
“hombres de luz, que a los hombres
alma de hombres les dimos.”
Gracias a la Diputación cercana,
Y al Ayuntamiento entero,
por acompañarnos en nuestro andar.
Porque un pueblo que se cuida
no abandona ni rechaza,
es en la unión de sus manos
donde brilla la esperanza.
Un hogar en la esperanza
Ven, que aquí la puerta es grande,
ven, que el frío queda fuera,
ven, que en esta casa el hambre
se apacigua y se sosiega.
Casas de Asís te acoge,
te acompaña en cada paso,
en la lucha y la tormenta,
en la carga de tus brazos.
“Donde hay caridad y sabiduría,
no hay temor ni ignorancia.”
Como San Francisco dijo,
como el amor nos lo manda.
Si la mesa estuvo vacía,
hoy tendrá pan y consuelo,
si la sombra fue tu vida,
hoy la luz abre su cielo.
Garantía alimentaria,
pan con dignidad y abrigo,
un mercado de esperanza
donde eliges tu camino.
Aquí la escuela de verano
hace brillar a los niños,
porque el juego y la enseñanza
son promesas de destino.
Y si el trabajo es un muro,
si la puerta está cerrada,
te ayudamos a cruzarla
con saber y con palabra.
La formación abre el aire,
dibuja un mundo distinto,
y en la inserción laboral
nacen mañanas sin gritos.
Si la vida te ha marcado,
si el ayer pesa en la piel,
aquí la mano es sincera,
la inclusión es un deber.
“Dios lo quiere, Dios lo da,
Él sabe más que nosotros.”
Como Madre Carmen dijo,
como la fe nos enseña.
Que nadie quede en la sombra,
que nadie sienta el vacío,
la justicia es nuestro faro,
y el amor, nuestro destino.
Y si el alma está cansada,
si la vida fue tan dura,
aquí hay manos que sostienen,
mediación que da cordura.
Aquí el abrazo es sincero,
la mirada es un abrigo,
porque un pueblo es más humano
cuando nadie queda herido.
Efebo de Esperanza
Hoy Antequera nos abraza,
hoy la luz brilla en su plaza,
hoy la voz de la justicia
se alza firme y no se apaga.
El Efebo en nuestras manos
es más que un reconocimiento,
es la fuerza, es el impulso,
es amor hecho cimiento.
Por la inclusión, por la vida,
por quien lucha y por quien sueña,
por quien busca en la tormenta
una luz, una respuesta.
Casas de Asís no es un nombre,
es hogar, es compañía,
es la puerta que se abre
cuando todo se vacía.
El alma de esta tierra
no nació en tiempos recientes,
hace siglos ya brillaba
la semilla entre su gente.
Pero el camino es difícil,
las manos a veces faltan,
y aunque damos lo que somos,
el esfuerzo nos desgasta.
Hoy pedimos más respaldo,
más apoyo en este anhelo,
que el esfuerzo no sea en vano,
que no muera este sendero.
A la Junta y su aliento,
a la Diputación cercana,
al Ayuntamiento entero,
que con sus apoyos nos sigan guiando.
A empresas y ciudadanos,
a quien siente y quien comparte,
que su ayuda sea la ola
que este barco haga que avance.
Que el Efebo sea un faro,
un acicate encendido,
un latido en nuestra lucha
por quien tanto lo ha perdido.
Que nadie quede en la sombra,
que nadie sienta el vacío,
que la inclusión sea el puente
y la esperanza, el camino.
¡Sigamos sembrando esperanza!